El concepto de centro I+D (Investigación + Desarrollo) es ya algo conocido y familiar en el mundo académico. Las universidades más prestigiosas del país cuentan con entidades de este estilo, y Corfo ha creado un registro de ellas para facilitar la celebración de contratos con contribuyentes que quieran acceder a beneficios tributarios de la Ley I+D. Su foco principal está en la investigación, debido a su origen, sin embargo, en los últimos años ha surgido la necesidad de poner también un énfasis en el desarrollo. Esta última variable ha resonado fuerte en el mundo empresarial, y con esto ha surgido un nuevo concepto: I+D+i. Este tipo de centro de investigación busca la creación de soluciones tecnológicas e innovadoras que marquen la llegada de la industria 4.0 a Chile.
EXE cuenta con un centro I+D+i desde 2014. Desde entonces destina recursos y un grupo de expertos de las tecnologías para desarrollar soluciones basadas en el desafío de la industria 4.0, es decir, Internet de las Cosas (Internet of Things). “La segunda ‘i’ la pusimos hace tiempo porque además de la investigación y desarrollo, creemos que la tecnología va muy de la mano de la innovación. Se busca que en el país existan centros o empresas que puedan investigar y desarrollar la industria 4.0 o del nuevo milenio, pero enfocando desde una perspectiva de la innovación, de entregar soluciones concretas a problemáticas que no han sido atendidas”, explica Sebastián García, director del Centro de Investigación y Desarrollo de EXE .
El modo de operar es en un principio bastante similar a lo que se realiza en los ya conocidos centros I+D. Se comienza por buscar algún desafío tecnológico que pueda ser resuelto desde la perspectiva de la ingeniería, lo que da pie a la investigación. En esta etapa se buscan referentes u otras iniciativas extranjeras que puedan adaptarse a la industria local o que no hayan sido resueltas completamente. No siempre se trata de crear algo nuevo desde cero, sino en ser pioneros en adecuar la innovación y desarrollo tecnológico a distintas industrias y escenarios.
Luego de la fase investigativa, las diferencias entre un centro de investigación I+D y uno I+D+i comienzan a notarse. Mientras el foco más importante para los primeros es la “I”, para los segundos es la “D”, es decir, utilizar la investigación para crear una solución concreta que se inserte en el mercado nacional. Esta etapa busca traducir toda la información recopilada y desarrollar un producto, software o aplicación. “Nuestra orientación es desarrollar soluciones que sean aplicables y que permitan tener una industria en la punta de la ola”, comenta Sebastián.
Finalmente, la segunda “i” es el toque único y valor agregado que tienen un centro de investigación como el de EXE y otras empresas pioneras del concepto. En esta etapa, la finalidad es lograr introducir la tecnología desarrollada en una industria o segmento en que no se haya pensado introducir una herramienta similar.
Este es un ejemplo de lo que se puede lograr desarrollar aplicando la metodología de un centro I+D+i:
El acoso sexual a menores de edad por parte de mayores se ha convertido en una problemática creciente en nuestra sociedad. Las redes sociales y otras plataformas de comunicación instantánea han sido utilizadas como herramientas para este tipo de actos, que popularmente han sido denominadas “Grooming”. En vista de esto, EXE desarrolló una solución anti Grooming, que permite detectar cuándo un niño está siendo acosado.
Sin embargo, esta idea no partió con ese foco desde el principio, sino que fue el resultado de un proceso I+D+i que se dio de esta forma: